Trata de personas en América.
Se estima que existen
2,4 millones de personas que se ven obligadas a realizar trabajos forzosos
según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En la mayoría
de los casos, el 80% son mujeres o niñas, que, como ya se ha mencionado antes, se ven forzadas a
algún tipo de explotación sexual. El porcentaje de niñas, además, ha aumentado
en los en el período 2007-2010, y se sitúa ahora entre el 15 y el 20%, de
acuerdo con el Informe Mundial sobre la Trata de Personas 2012 de UNODC.
La trata de personas se
sitúa como el tercer negocio más lucrativo a nivel mundial, tras el
narcotráfico y la venta de armas. De acuerdo con los datos de la OIT, las
ganancias ilícitas totales del trabajo forzoso se estiman en aproximadamente 32
billones de dólares al año, de los cuales el 76% proviene de la explotación
sexual. Sin embargo, los procesos judiciales y las condenas en este ámbito
representan cifras insignificantes, sin llegar apenas a 3.500 condenas en 2008.
¿Qué perfil suelen tener
las víctimas? Como resulta obvio, las víctimas de la trata de personas son
aquéllas que se encuentran en situación más vulnerable: sobre todo,
mujeres y menores de edad; además, a estos factores se les unen otros como
pobreza, inseguridad, nivel social bajo y de estudios escasos. La forma de
captación va desde el secuestro forzoso al engaño, prometiendo por ejemplo otro
tipo de trabajo (cuidado de ancianos o niños) o mediante otro tipo de promesas
personales. Existe diferencia entre trata de seres humanos y tráfico de
migrantes, que conviene aclarar ya que suele crear confusión y, en el fondo,
ambos términos se interrelacionan: la trata no tiene por qué incluir
desplazamiento de la persona, aunque sea algo que ocurre con frecuencia; mientras
que el tráfico de migrantes implica desplazamiento a otra frontera de manera
ilegal.
Y es que las estadísticas
lo demuestran. Por ejemplo, en Ecuador la caracterización de víctimas en la
Fiscalía General del Estado tuvo diferentes categorías entre 2010 y 2013, por
lo que, según la Organización, no fue posible elaborar un análisis conjunto de
esos 4 años.
En Paraguay
también sucede algo similar. Entre 2010 y 2013 el Ministerio Público reportó 145 casos de trata de personas a pesar de
que la UNODC señaló que fue el doble. Por otra parte en
Perú, de las 307 víctimas identificadas en los últimos 6 años 60% tuvo por
finalidad la explotación sexual, un 30% el trabajo forzado, y el 10% restantes
la mendicidad.
Sin embargo, en este país algunos de comunicación registran casos
de tráfico de órganos y venta de niños que, al parecer, no fueron investigados
ni registrados como trata pese a haber tenido indicios de serlo.
La Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito calificó
la trata de personas en 2016 como el tercer negocio ilícito más lucrativo a
nivel mundial, después del tráfico de armas y del tráfico de drogas. Aún así,
dice la Organización, las cifras y el debido seguimiento de víctimas parecen
hundirse en la indolencia estatal en Latinoamérica.